Protocolo de
fisioterapia en el paciente parkinsoniano.
Introducción
La enfermedad de Parkinson y el
síndrome parkinsoniano comprenden un grupo de trastornos derivados de una
alteración progresiva del sistema nervioso central que afecta al sistema
extrapiramidal. Constituye una de las enfermedades neurológicas más frecuentes,
y es sin duda la más común de las del
sistema extrapiramidal.
La enfermedad de Parkinson es lo que
denominamos Parkinson primario o idiopático, y al hablar de síndrome
Parkinsoniano englobamos un grupo de alteraciones que presentan los síntomas y
signos característicos de la enfermedad de Parkinson, pero secundaria a
tóxicos, otra enfermedad neurológica, etc.
Fisiopatología
Las manifestaciones propias que
sufre, son consecuencia de una alteración que asienta en la sustancia negra y
los ganglios de la base. La sustancia negra contiene los cuerpos celulares de
un grupo de neuronas cuyas proyecciones se extienden hasta los ganglios de la
base, donde liberan un neurotransmisor, la dopamina (DA); allí hacen
sinapsis con otras neuronas que
reconducen el mensaje de la dopamina a través de los centros cerebrales
controladores del movimiento hasta el córtex, que se sirve de tal información
para determinar cómo deben en última instancia comportarse los músculos.
Además, en los ganglios, concretamente
en el núcleo caudado, existen neuronas que liberan acetilcolina(ACh); otro
neurotransmisor, la DA, interviene en el control del movimiento, moderando los
efectos de la ACh.
A medida que las neuronas
productoras de dopamina mueren, la ACh en ausencia de esa moderación
sobreexcita las neuronas del estriado (núcleo caudado y putamen). El desequilibrio
resultante en la actividad de los neurotransmisores altera el funcionamiento
fluido de la red motora y compromete la actividad de la persona, ya que los
ganglios basales tienen un papel esencial en la iniciación de la mayor parte de
las actividades motoras, si no de todas.
El inicio de la enfermedad se sitúa
a partir de los 50 años, aunque en algunos casos puede aparecer a edades más
tempranas. El proceso patológico multiplica la tasa habitual de mortalidad
celular, dando lugar a síntomas después de que se haya destruido un 70% de las
neuronas.
Clínica
Los síntomas cardinales son.
Temblor: temblor característico de reposo. Desaparece con el
movimiento. Suele iniciarse en la extremidad superior en su porción distal. La
frecuencia del temblor es de 4 a 6 ciclos por segundo, aunque puede llegar a
las 8. Al igual que la rigidez suele ser asimétrico o unilateral.
Rigidez: El tono muscular está aumentado, pero la resistencia al
movimiento pasivo en una articulación es uniforme a lo largo de todo el rango.
Se describen dos tipos de rigidez parkinsoniana:
·
En tubo de plomo: La resistencia es uniforme o
plástica
·
En rueda dentada: Es intermitente
Afecta a toda la musculatura
siendo la cervical y proximal de las extremidades los grupos musculares
afectados con mayor intensidad y precocidad.
Acinesia: Signo más característico e incapacitante. Significa ausencia
de movimiento y puede dividirse en dos categorías:
- ·
Bradicinesia: Lentitud en el inicio y ejecución
del movimiento, reflejándose sobre todo en los movimientos poco aprendidos o
muy voluntarios y en los muy aprendidos o automatizados.
- ·
Hipocinesia: Dificultad para mantener un ritmo y
amplitud adecuados durante la realización de movimientos repetidos alternantes
y a la escasez y pobreza de movimientos.
è
Estos tres constituyen la triada parkinsoniana,
pero además también se producen otros síntomas, muchos de ellos derivados de
los anteriores.
Alteración de los reflejos posturales: La bradicinesia junto a la
rigidez, causan alteraciones posturales, el paciente va a presentar una ligera
flexión en todas las articulaciones, lo que provoca la “postura de simio” con
las rodillas y caderas levemente flexionadas, los hombros redondeados y la
cabeza sostenida hacia adelante con los brazos encorvados a través del cuerpo.
Trastornos de la marcha y del equilibrio: La marcha se ve alteada
por la pérdida de los patrones automáticos de movimiento, apareciendo una
marcha patológica con pasos lentos, cortos y torpes, que se conoce como “marcha
festinante”. Los trastornos del equilibrio se deben a la pérdida de los
reflejos posturales y de enderezamiento.
Estas dos funciones se encuentran también dificultadas por la rigidez.
Dolor: Derivado de la rigidez, se va a localizar fundamentalmente
en la musculatura cervical y proximal de extremidades superiores e inferiores.
Alteraciones en los movimientos
aprendidos y voluntarios
·
Micrografía: dificultad en la ejecución de
movimientos voluntarios finos de los dedos manifestada en la escritura, que se
modifica haciéndose el trazo irregular y más pequeño a medida que escribe.
·
Atarse, abotonarse o cortar alimentos: puede resultar
imposible. Ciertos movimientos coordinados más complejos pueden estar relativamente
poco afectados.
Alteraciones en los movimientos automáticos
·
Blefaroespasmo: Parpadeo espontáneo disminuido,
lo que produce disminución en la hidratación ocular.
·
Alteraciones de la movilidad ocular:
enlentecimiento de los movimientos oculares rápidos.
·
Sialorrea: Se debe a falta de movimientos
automáticos de la deglución de la saliva. Los trastornos de deglución suelen
ser de intensidad moderada.
·
Facies amínica: Cara inexpresiva por pérdida de
movimientos faciales automáticos.
Trastornos vegetativos
- ·
Sudoración excesiva: Probablemente por la
hiperactividad muscular causada por el temblor y a la hiperactividad de la inervación
de las glándulas sudoríparas.
- ·
Seborrea: Aumento de secreción grasa sobre todo
en el cuero cabelludo y cara, adquiriendo el paciente un aspecto facial céreo.
- ·
Constipación: Debido a disminución del
peristaltismo del intestino grueso.
- ·
Alteraciones del control vesical: Por
disminución de la actividad del músculo detrusor.
- ·
Hipotensión ortostática.
- ·
Demencia.
- ·
Depresión.
Evolución
La enfermedad en su evolución
espontánea sigue un curso lentamente progresivo. Permite llevar al paciente
durante un cierto tiempo determinadas actividades, luego las restringe
paulatinamente, confinándolo a una silla de ruedas o a la cama completamente
inválido. Podemos distinguir 5 estadios que no necesariamente padecerán todos
los pacientes.
Estadio I: Inicio de la enfermedad, mientras los síntomas son
unilaterales. Los primeros síntomas en aparecer son la tríada parkinsoniana.
Algunos inician sintomatología en ambos lados y por consiguiente no presentan
esta fase. La duración media de esta fase es de 3 años.
Estadio II: Aparición de trastornos bilaterales y axiales. Por lo
general persiste una asimetría en la intensidad de la sintomatología, siendo el
lado inicial el más afectado. Aparecen en esta fase los primeros trastornos
posturales, con aumento de la cifosis dorsal y addución de EESS. La duración
media de esta fase es de 6 años.
Estadio III: Aparición de trastornos del equilibrio y afectación de
los reflejos posturales y de enderezamiento. Aparecen caídas espontáneas,
marcha festinante y congelación del movimiento. Pacientes son independientes en
las AVD. La duración media en esta fase es de 7 años.
Estadio IV: Paciente severamente incapacitado de realizar AVD sin
ayuda; experimenta efectos secundarios de la medicación dopaminérgica; fenómeno
on-off (mejoría-inmovilización), discinesias, insomnio, etc. La duración media
en esta fase es de 9 años.
Estadio V: Paciente confinado en una silla de ruedas o en la cama
es totalmente dependiente de familiares o requieren cuidados primarios. La
duración media en esta fase es de 14 años.
è
No existe ninguna prueba analítica que
identifique la enfermedad, por tanto el diagnóstico se basa sólo en la clínica.
Como consecuencia la mayor parte de los pacientes son diagnosticados en fases
avanzadas de la enfermedad. Se debe tener en cuenta que los síntomas comienzan
a percibirse cuando la destrucción de neuronas dopaminérgicas ronda el 70%
Clasificación evolutiva fisioterápica
de la enfermedad de Parkinson:
· Estadio
I: Clínica unilateral o bilateral, con alteraciones posturales, pero se
conservan intactas las reacciones de equilibrio. En esta fase los objetivos van
a ir encaminados hacia la corrección de las alteraciones de la postura, a
través del tratamiento de la rigidez y la prevención en cuanto a todos los
demás aspectos que sabemos se van a alterar y que se reflejan más adelante.
· Estadio
II: En esta fase aparecen las alteraciones del equilibrio y de la marcha,
estando presentes todos los grandes síntomas. Los objetivos van a ser los
descritos en el siguiente apartado.
· Estadio
III: El paciente pierde su capacidad para la marcha, quedando confinado a
una vida de cama o cama-silla. En esta fase los objetivos van a cambiar y van a
ir encaminados hacia la prevención de las complicaciones de la inmovilidad.
Luego de realizar una cuidadosa
valoración del paciente, teniendo en cuenta todos los síntomas anteriormente
descritos y llegar a un diagnóstico fisioterápico, pasaremos a establecer los
objetivos y el tratamiento que para un paciente en nuestro estadio II van a ser
los siguientes:
Objetivos de
fisioterapia
- ·
Aliviar el dolor
- ·
Corregir las alteraciones posturales,
previniendo la aparición de rigideces articulares
- ·
Fortalecer la musculatura debilitada. Corregir acortamientos
musculares
- ·
Ganar expresividad y funcionalidad de la
musculatura orofacial. Facilitar la deglución y la masticación
- ·
Mejorar la función respiratoria
- ·
Mejorar la función intestinal
- ·
Mejorar el equilibrio y las reacciones
posturales
- ·
Mejorar la coordinación
- ·
Corregir los trastornos de la marcha
- ·
Reeducación de las transferencias
Tratamiento de
fisioterapia
Alivio del dolor: Suele manifestarse alrededor de los muslos, en la
región cervical y proximal de EESS y en general en toda la cintura escapular. Las
técnicas a emplear con finalidad puramente analgésica va a ser:
- ·
Masoterapia, fundamentalmente técnicas de roce
superficial y amasamiento.
- ·
Electroterapia analgésica, corrientes tipo TENS
Corregir las alteraciones posturales: En las primeras fases solo se aprecia una protusión de la cabeza,
pero a medida que la enfermedad va progresando aparece además cifosis dorsal,
flexión y adducción de hombros y caderas, flexión de codos y rodillas, flexión
de las articulaciones metacarpofalángicas con extensión de las interfalángicas
y ligera oposición del pulgar.
Trabajaremos delante del espejo,
el paciente se observará de frente y de perfil para poder apreciar las
alteraciones en los planos frontal y sagital. Tratamos de realizar una
autoconcienciación de postura errónea y una corrección de la misma a través de
estímulos verbales y visuales. Esta corrección debe realizarse durante toda la
sesión de fisioterapia.
Además vamos a actuar sobre la
postura a través del trabajo muscular, acortando la musculatura elongada
(extensores) y estirando la acortada (flexores).
Fortalecer la musculatura debilitada. Corregir acortamientos
musculares: Para prevenir la atrofia muscular, o en el caso que ya esté
instaurada potenciar la musculatura afectada, vamos a utilizar contracciones
isométricas en un principio, para a medida que el paciente progresa utilizar
movilizaciones activas contrarresistencia, en carrera externa en la musculatura
flexora, que va a estar acortada, y en carrera interna en la extensora.
Para prevenir o corregir los
acortamientos musculares utilizaremos estiramientos mantenidos en la
musculatura flexora y en adductores de cadera y hombro.
Tratamiento orofacial: Van a aparecer alteraciones en la
masticación y en la deglución, em la motilidad ocular y de los párpados y en la
mímica facial, con lo que se va a comprometer el lenguaje gestual. Para
prevenir y tratar estas alteraciones, vamos a emplear las siguientes técnicas:
- ·
Masoterapia relajante, descontracturante en la
musculatura de cuello, hombros y cara
- ·
Ejercicios de mímica para aumentar la
flexibilidad y ganar expresión
- ·
Ejercicios progresivos de masticación y
deglución de alimentos, primero líquidos y después sólidos
Mejorar la función respiratoria: Mayor dificultad de los movimientos
que participan o se dan en la mecánica respiratoria. Esto sumado a la
disminución del reflejo de la tos para limpiar la vía aérea indica la
importancia del aspecto funcional respiratorio durante la sesión de
tratamiento. Las técnicas de fisioterapia respiratoria que vamos a emplear
serán las siguientes:
- ·
Respiraciones diafragmáticas
- ·
Expansiones costales
- ·
Ejercicios combinados con ciclos respiratorios;
inspiración y espiración
Mejorar la función intestinal: El estreñimiento es un problema
frecuente. Vamos a realizar una potenciación de la musculatura abdominal y
además realizaremos masaje profundo siguiendo el trayecto del colon para
favoreces el tránsito intestinal.
Reeducación del equilibrio y las reacciones posturales: Para
permitir la ejecución de ejercicios al mismo tiempo que el individuo mantiene
el equilibrio en distintas posiciones y ante diferentes situaciones, se ha
desarrollado el mecanismo postural automático con las reacciones de
enderezamiento, las reacciones de equilibrio y la adaptación de los músculos a
los cambios posturales. El mantenimiento del equilibrio depende de:
- ·
La base de sustentación
- ·
Punto de caída de la línea de gravedad
En el enfermo parkinsoniano ambos
factores están alterados, la base de sustentación se encuentra disminuida
y la línea de gravedad cae sobre la
parte anterior del pio o incluso por delante. Para reeducar el equilibrio
provocaremos desplazamientos antero posteriores y laterales, pasivos y activos,
progresando desde las posiciones más estables a las más inestables: decúbito
lateral, sedestación, cuadrupedia, de rodillas, posición de caballero,
bipedestación y apoyo unipodal.
Mejorar la coordinación: los automatismos motores se hallan
abolidos; en sus movimientos es típica la lentitud, la falta de ritmo, la
disminución de amplitud y la escasa correlación sincinética.
Por lo general para trabajar la
coordinación deben descartarse los movimientos analíticos; lo importante será
obtener movimientos amplios, repetidos, rítmicos y conjuntos, procurando
siempre atraer la atención del paciente con estímulos de diverso tipo (sonoros,
táctiles, visulaes) durante toda la sesión de fisioterapia
Es importante trabajar la
motricidad dina en las manos, para prevenir alteraciones como la micrografía y
mantener la funcionalidad del paciente en cuanto a AVD.
Reeducación de la marcha: Los trastornos de la marcha del paciente
parkinsoniano son:
- 1. Indecisión
en el primer paso y dificultad en los cambios de dirección
- 2. Paso
corto acelerado
- 3. Disminución
en la altura del paso, no realiza triple flexión: cadera, rodilla, tobillo.
- 4. Ausencia
o inversión del juego talón-punta
- 5. Ausencia
del braceo
1: Emplearemos estímulos y órdenes enérgicas que mantengan la
atención del paciente, pidiéndole que el
primer paso lo realice como si tuviera delante un obstáculo que tuviera que
evitar; esto facilita un primer paso amplio que anula la vacilación. En los
giros daremos las mismas órdenes y además insistiremos en que mantenga en todo
momento una separación exagerada de los pies para evitar el entrecruzamiento de las piernas y el riesgo de caídas
2: En paralelas o en marcha libre uso de huellas o bien obstáculos
que marquen la longitud del paso
3: Fundamentalmente con tacos u otros obstáculos con suficiente
altura que obliquen a realizar triple flexión.
4: Descender una rampa (potencia también la corrección de la
postura flexa anterior)
5: Trabajo de disociación de cinturas en diferentes posiciones:
decúbito supino, sedestación, bipedestación, etc.
Reeducación de las transferencias: Deberemos adiestrar al paciente
en los cambios de posición enseñándoles en la secuencia correcta de los pasos
de un decúbito a otro, paso de decúbito a sedestación, de sedestación a
bipedestación y viceversa. Estos movimietnos deben ejecutarse siempre de manera
rápida y de modo que intervenga la totalidad del cuerpo, mientras nosotros los
asistimos manualmente y con estímulos verbales, visuales, auditivos, térmicos,
etc.
Conclusiones
En la mayor parte de los textos
se trata ampliamente los apartados de fisiopatologpia y clínica, pero el
correspondiente al tratamiento fisioterápico carece en la mayoría de los casos
de la profundidad necesaria.
Bibliografía
Chouza. M. et all. Protocolo de Fisioterapia
en el paciente parkinsoniano. (2001). Fisioterapia 2001;23(4):191-199.